Hace ya más de dos mil quinientos años que la gran cultura griega ubicó los patrones para diferenciar los tipos de amor y estableció categorías que permitían distinguir los distintos elementos que se traducen en la atracción y lo que llamamos amor.
Aunque de Platón y Sócrates nos llegó la clasificación base que incluye Eros (amor sexual), Philia (amor intelectual) y Ágape (amor espiritual), los griegos supieron encontrar las palabras precisas para los variados tipos de amor.
Este tema es de suma importancia para toda persona que desee tener buenas relaciones amorosas o mejorar la que ya tiene. Porque claramente, cuando nos movemos por el mundo hablando de ese “amor” cuyo significado es difuso, no podremos entendernos bien con nadie. Es necesario entender que nuestra relación, nuestra búsqueda de amor, puede basarse en un único tipo de amor, como por ejemplo, dos amantes que se juntan exclusivamente para tener sexo, o bien, dos mejores amigos que disfrutan conversar durante toda la noche. Así como también puede que el amor incluya dos o más elementos, como un relación completa que pueda incluir el sexo, el intelecto y el crecimiento espiritual.
¿Cuál es tu tipo de amor ideal, y cuál es el que ofreces?
Para entenderlo habrá que revisar cada uno de los elementos que los griegos consideraron como tipos de amor, o tipos de atracción.
EROS
Es la forma de amor centrada en el sexo y la excitación. En un principio estaba ligado a la procreación pero con el surgir de la civilización comenzó poco a poco a centrarse en la satisfacción de nuestros deseos eróticos y sexuales. Aunque el atractivo físico juega un rol esencial, un amor de tipo eros bien puede llegar a basarse únicamente en la satisfacción sexual y que da paso a relaciones donde la actividad sexual es lo único que une a la pareja, o trío, o cuarteto.
LUDUS
Es el tipo de amor que se basa en el juego de la seducción y la conquista. El énfasis está puesto en el proceso que lleva a conseguir la persona, conocerla y establecer una estrategia o bien, intentar crear estrategias que sirvan automáticamente con todas las personas. Por su naturaleza es muy probable que una vez que se consigue a la persona la atracción por ésta se vea reducida rápidamente y comience la necesidad de conseguir a otra persona, que en realidad significa otro objetivo por alcanzar. Es muy común en personas que tienen permanentemente relaciones muy cortas.
Pero también hay juego (ludus) en relaciones más maduras y duraderas, se trata de las sorpresas y las maneras que encuentra la pareja para ir renovándose y sintiendo que aunque tengan una rutina que les apetezca nunca los días serán iguales. Un beso inesperado, un bombón o una hoja del otoño, una pequeña broma sana, etcétera.
PHILIA
Es el amor intelectual, donde una persona se enamora de la mente de otra: su inteligencia, su cultura o su creatividad. Implica la admiración y el deseo de atender y ser atendido por el otro, no discrimina edad, tiempo ni espacio. Una jóven de hoy puede estar seriamente enamorada intelectualmente de una escritora que vivió hace quinientos años y cuya única conexión entre ambas, es el libro de poemas que se mantuvo en el tiempo.
Puede ser el amor que se da en la admiración por un maestro, un artista o inclusive simplemente alguien con quien nuestras ideologías parecen confluir innatamente. Antiguamente entre los griegos eran muchos los jóvenes que se sentían atraídos por la figura de Sócrates, sus ideas y su filosofía, la inteligencia y lo profundo de su intelecto, especialmente uno llamado Platón, quien se dedicó incluso a preservar sus pensamientos en los libros, pero en este amor no veían a Sócrates como una persona atractiva sexualmente. De este fenómeno comenzamos a llamar al amor de tipo philia simplemente «Amor Platónico».
MANÍA
Es el tipo de amor obsesivo, frecuentemente idealizado y que inunda toda la vida de la persona enamorada, a menudo no es correspondido y puede generar un gran sufrimiento. El amor de tipo manía puede llevar a relaciones donde los dos amantes se acercan tanto que pasan de ser dos seres individuales a ser una única ameba llamada “nosotros”. La manía puede ser una fase natural de las relaciones, especialmente al comienzo mientras disfrutamos del enamoramiento, pero no es sano que se extienda mucho más puesto que en la idealización del otro, en el considerarle perfecto no vemos necesidad de establecer límites, objetivos y mucho menos la necesidad de hábitos de comunicación clara. Lo que le sucede a las parejas que se van por ese camino no es necesario mencionarlo.
PRAGMA
El tipo de amor pragmático es el político (o económico). Donde las dos partes no tienen una necesidad real de involucrarse sentimentalmente con otra persona pero entienden que es conveniente para ambos. A partir de eso establecen un convenio que en la sociedad moderna tiene una tendencia a ser belleza-sexo a cambio de estabilidad económica. Aunque el amor pragmático comenzó hace muchísimos años como una forma de sobrevivir o de agrandar un imperio, actualmente se puede ver más que nunca donde personas desesperadas terminan estableciendo relaciones con gente que no aman ni desean pero que les pueden ofrecer todo lo que les falta económicamente.
ÁGAPE
La forma más pura de amor y a la que anhela la mayoría de las personas. Implica el deseo de conocerse y conectarse con el otro, busca la libertad y el crecimiento de ambos miembros de la relación y que al mismo tiempo encuentran un apoyo mutuo frente a las distintas adversidades. Este tipo de amor implica la sensación de conexión que va más allá del plano físico e intelectual, considera una conexión que podríamos llamar espiritual.