La suerte es predecible y depende de tus propios pensamientos y comportamiento.

Así lo han comprobado varios experimentos: aquellas personas que son muy afortunadas, son aquellas que están abiertas a las posibilidades y ver las distintas situaciones positivamente. 

Por ejemplo, en uno de los estudios se les pidió a aquellos que se sentían afortunados y a aquellos que se sentían desafortunados que imaginaran estar en un robo armado de banco, donde de pronto uno de los criminales les dispara en el brazo. ¿Se considerarían afortunado o desafortunado? La gente desafortunada era propensa a decir que lo considerarían un hecho desafortunado, que era su mala suerte la que los hizo ser los únicos heridos en el robo. Por el contrario, la gente afortunada pensó que habían sido afortunados, que después de todo pudo haber sido peor, pudo haber sido un disparo en la cabeza

La gente afortunada tiene a imaginarse espontáneamente su mala suerte, como algo que pudo ser peor y así convirtiéndolo en buena suerte. Y por lo tanto tienden a sentirse mejor consigo mismos y su vida.

Gracias a estos descubrimientos, podemos saber que la suerte es algo predecible y podemos convertirnos en personas cada vez más afortunadas si seguimos los siguientes pasos:

  1. Maximiza las oportunidades. Permanece abierto a nuevas experiencias y adopta una actitud relajada.
  2. Presta atención a tus corazonadas. Presta atención a tu intuición y trabaja para despejar tu mente de pensamientos que te distraigan.
  3. Espera buena fortuna. La gente positiva asume que siempre todo resultará bien. Eso los ayuda a continuar, incluso cuando enfrentan el fracaso.
  4. Convierte la mala suerte en buena. Imagina cómo las cosas pudieron ir peor. No te lamentes en lo malo. Toma control en vez de darte por vencido.