En general, muchas de las personas consideradas inteligentes boicotean sus valores permitiendo que ciertas lagunas en la percepción de la vida real se mantengan pese a la evidencia de su efecto negativo. Hemos tratado de reunir, tras hurgar en las reflexiones de los educadores y consultores, aquellas actitudes que por su ausencia o su mal tratamiento consiguen frenar las vidas de la gente inteligente.
1 La inteligencia y una adecuada educación no consiguen nada sin acción
Cualquier nivel de inteligencia, por alto que este sea, se queda en una cualidad inerte si la persona no es capaz de entrar en acción en los diversos escenarios de la vida. Hay una enorme diferencia entre saber cómo hacer algo y tener la determinación de ponerse manos a la obra.
2 Todo el mundo tiene un solo negocio de verdad: el suyo
No importa el momento de nuestra vida en el que nos encontremos, si estudiamos o trabajamos, si lo hacemos por cuenta propia o ajena; si estamos satisfechos con lo que hacemos o no. Siempre eres el jugador del equipo al que tienes que dedicar más atención.
3 Todo error que cometemos es un paso adelante
La inteligencia solo podrá prestar una cierta ayuda para escoger las mejores opciones. A lo largo de la vida será mucho más importante la eficiencia que salga del sistema prueba/error que apliquemos. En ese camino, se llega más lejos cuanto mayor sea el número de pruebas que realicemos; y buena parte de ellas terminan en errores que son un paso adelante.
4 Las personas crecemos haciendo cosas que no nos gusta hacer
No se trata de buscar lo que no nos gusta. Se trata de superar la falta de atracción inicial o sobrevivencia de los que nos toca hacer cuando uno percibe que eso no nos gusta es lo enos malo hacia un posible futuro mejor. Actuar así, en cualquier orden de la vida, tiene la ventaja de mantener las oportunidades de hacer lo que nos gusta cuando llegue el momento. Con capacidad reforzada.
5 No esperemos estar preparados 100% cuando llegue una oportunidad
Con frecuencia pensamos que es un rasgo de inteligencia y equilibrio estar dispuestos a rechazar oportunidades que creemos que desbordan nuestras actuales capacidades. Echamos en falta conocimientos o experiencia para llevarlas a cabo cuando llegan.
Nadie está listo 100% para nada. Todo el mundo que crece ha dado algún paso en la oscuridad. Si estamos o no preparados es problema del que nos da la oportunidad.
6 No perdamos el tiempo trabajando con malos materiales
Nadie conscientemente se dedicaría a fabricar mesas con un material sin resistencia. El material básico de la inteligencia es la información.
Muchas veces tomamos decisiones basadas en información basura que es aquella que procede de la gente no cualificada para emitirla. No debemos pretender una información 100% solvente, pero ser exigentes en la selección de interlocutores es un paso fundamental hacia nuestros objetivos.
7 Nuestros problemas con los demás en realidad son con nosotros
Buena parte de las insatisfacciones que trae la vida tienen que ver con las relaciones personales: en el trabajo, en la familia, en la sociedad…
Muchos de esos problemas que siempre visualizamos en forma de gente con nombre y apellidos están sobre todo en nuestra mente: son miedos, inseguridades, prejuicios, sensibilidades excitables. En el fondo, sabemos que si pudiéramos echar fuera “lo que pasó”, “lo que me hicieron”, “lo que dijeron”, etc,. y nos centráramos en “lo que hoy está pasando o puede pasar”, nuestra energía e inteligencia serían más eficaces.
8 Tratar de ser perfectos es una pérdida de tiempo y fuerza
La perfección es una ilusión que nunca debería equivocar a una persona inteligente. Las personas somos multidimensionales y nos enfrentamos a quehaceres irregulares e imprevisibles en los que el éxito siempre será parcial, lo mismo que el fracaso. Pretender la máxima seguridad, con frecuencia conlleva perder el tiempo y no pasar a siguientes etapas. Hay más hallazgos que nos esperan más adelante si no nos paralizamos en una obsesión perfeccionista.
9 Cuanto más alta sea nuestra inteligencia, más atención dejemos prestar a nuestra intuición
Buena parte de nuestra vida mental es inconsciente y se basa en procesos ajenos a la lógica; son las reacciones o intuiciones instintivas. Eso no es desaprovechar la inteligencia natural, sino dejarla fluir a mayor velocidad de lo que nosotros somos capaces de mantener cuando pretendemos estar al volante. Nuestro cerebro ha evolucionado para almacenar patrones de acción y reacciones instintivas valorando la probabilidad de que sean eficaces ante cualquier eventualidad. Dejemos que se manifiesten.
10 Perder la objetividad es dilapidar la inteligencia
La subjetividad puede ser divertida si controlamos las desviaciones. Pero perder la objetividad con frecuencia y sin control es un grave problema para nuestros intereses. Nos desconecta de las corrientes de opinión dominante y nos enfrenta en conflictos inútiles que a veces no llegamos a percibir que llegan por haber perdido la objetividad.
Fuente: Revista Filosofía Hoy, nº 22.