El Modelamiento no es —como algunos podrían concluir rápidamente— el arte de ser un buen modelo fotográfico, ni tampoco se trata de cómo el sistema o la sociedad intentan convertirnos en un modelo único de persona.      En palabras simples, podemos explicar el Modelamiento de la siguiente manera:

Cuando nacemos y somos bebés, nuestro repertorio de conductas está totalmente limitado a nuestros actos instintivos.  En la medida que crecemos poco a poco nuestro cerebro va madurando, mejora nuestra capacidad para ver a los demás y comenzamos a notar el comportamiento de todos los que están a nuestro alrededor y vamos aprendiendo el comportamiento que nos distingue como humanos y que nos hace parte de una cultura en específico.  Estas personas que nos sirven para aprender a ser personas son llamados «modelos» y en la medida que somos más grandes ya no son únicamente algunas personas de nuestra familia, sino que se van agregando muchísimos modelos a través de la lectura, la música y la televisión.  Nuestros ídolos o las personas que consideramos «exitosas» (independiente de lo que eso signifique en las distintas etapas de nuestra vida) pasan a formar parte de nuestra propia vida a través de este proceso llamado Modelamiento.

El Modelamiento es parte de la teoría de Aprendizaje Social propuesta por Albert Bandura (psicólogo y profesor, ganador de la medalla de nacional de ciencias por su aporte, desde la psicología, al entendimiento de algo tan fundamental como es el aprendizaje).

¿Qué tiene que ver conmigo?

Todo. Gran parte de tu vida ha sido influenciada consciente e inconscientemente por estos modelos que has elegido o que se te han impuesto.  Aquí nace el gran problema: no todos los modelos son buenos.  Las imágenes que vemos definen nuestro futuro del mismo modo que las imágenes a las que fuimos expuestos en el pasado dan como resultado quienes somos hoy.   Nuestro cerebro ocupa diariamente esta técnica de aprendizaje basada en la imitación de lo que vemos y reacciona mucho más cuando nos presentan imágenes de personas supuestamente exitosas, atractivas o con mucho dinero.  Es aquí donde comienza la gran mentira.  Los publicistas ocupan esta debilidad para inventarnos historias donde vemos a personas atractivas, exitosas y muy felices que consumen sus productos. Saben que nuestro cerebro inconscientemente querrá parecerse a quien nos muestran y nos dejan con una meta imposible, porque lo que nos muestran no existe, llegamos a comprar un producto y luego nos damos cuenta de que no mejoró en nada nuestra vida.    Nuestros otros modelos, como los artistas, pocas veces nos muestran su lado b, ya que siempre intentarán mostrar una imagen de alguien fuerte, decidido, que no tiene problemas en su vida más que aquellos de los que hablan en sus letras, sus papeles o sus cuadros.  Ni siquiera vale la pena mencionar el pésimo modelo que ofrecen algunos deportistas como los del fútbol.
¿cómo podríamos esperar que desarrolle honestidad un niño que crece viendo a su ídolo en la cancha aprovechando para hacer faltas cuando el árbitro no mira, cuando luego ve a su padre colarse en la cola del supermercado y cuando mira a su hermano mayor haciendo trampa en los videojuegos online?

Qué podemos hacer

Entonces primero hay que aceptarlo, es un proceso natural, consecuencia de nuestra evolución y que nos ha permitido, como especie, lograr muchas grandes cosas.   Pero debemos tener cuidado con las personas e instituciones que intentan día tras día ocupar este mecanismo para convencernos de hacer o pensar algo en específico.
Pero el modelamiento  puede convertirse en una tremenda herramienta.

Primero, porque cuando notamos los modelos negativos que hemos integrado a nuestra mente, podemos comenzar el proceso de limpiarlos, lo que hará mucho más fácil luchar contra esos aspectos de nosotros que realmente no nos gustan pero que no podemos evitar (hasta ahora).
Segundo, porque entendiendo cómo funciona el proceso, podemos comenzar a seleccionar modelos positivos y que vayan dándonos la motivación para aprender hábitos y perspectivas nuevas, que nos permitan hacer los cambios que necesitamos y lograr nuestros objetivos.

Analizar con honestidad el mundo al que estás expuesto diariamente te permitirá encontrar que pueden existir ciertos patrones y que pueden estar potenciando una conducta que ya no quieres en tu vida, puedes tal vez descubrir que, por ejemplo, en la mayoría de las series o novelas que ves, el protagonista tiene una tendencia a maltratar a los demás y que es justamente una de las conductas que tus familiares, pareja y amigos están resintiendo de ti.  Tal vez estás demasiado expuesto a músicos que tratan a las mujeres como trofeos o herramientas y puedas ver que eso está potenciando esa conducta que te cuesta cambiar y que ya todo el mundo te ha dejado claro que está mal.  Notar los patrones y ver qué nos está reforzando nuestras creencias o conductas tóxicas es el primer paso para empezar a cambiarlas.

Lamentablemente por muchísimos años el modelamiento ha sido una tremenda herramienta que ha estado en las peores manos: la publicidad y los medios dirigidos por una agenda que lo único que quieres es que seas infeliz, poco inteligente y con ello, un buen consumidor.

Por eso es tan importante que todos podamos ir comprendiendo el concepto y su potencial, para aplicarlo a la vida de una manera que refuerce lo bueno y nos ayude a aplacar lo malo, para que sea una herramienta que funcione en base a lo que nosotros queremos para nuestro destino y no una decisión tomada por otros.

Si estás interesad@ en conocer los patrones de modelamiento a los que estás expuest@ en el día a día, y has notado que te cuesta hacerlo por las tuyas, nosotros en interludio podemos ayudarte, porque es parte esencial del diagnóstico del problema a la hora de consultar.