Es natural que frente a un ataque de pánico o crisis de ansiedad te nazca una ser de reacciones extremas: Sentimos el corazón acelerado, mareos, sensación de desconexión, y la idea (en el momento parece muy real) de que moriremos, por todo eso, es completamente natural que intentes “escapar” de esta sensaciones que te causan pánico porque se encienden todos nuestros sistemas de auto-protección que evolucionaron por miles de años para reaccionar frente a ataques del exterior.    El problema aquí es que todo viene desde dentro.

Cada parte de nuestro ser está preparado para esta respuesta de lucha o huida. Pero aunque esto sí puede salvarnos la vida frente a ataques de algunos depredadores (incluyendo a otros humanos), es lo contrario a lo recomendable para cuando pasamos por la terrible sensación de vivir un ataque de pánico.

Sucede que, en la medida que fuimos aprendiendo a vivir en un mundo mucho menos básico, lleno de cultura, sociedades complejas, símbolos, y conductas que van más allá del mero sobrevivir, nuestro cerebro comenzó a ocupar esta respuesta tan fuerte y tan evidente como un síntoma que intenta decirte, a gritos, que algo anda mal y que debes resolverlo, incluso cuando hablamos de problemas emocionales y cognitivos.   A veces estamos tan alejados de nuestras emociones que ya ni siquiera podemos distinguir qué es lo que nos está haciendo daño y sólo se manifiesta como angustia.

Entonces ¿Qué hacer en el momento?

1 ACEPTARLO

La aceptación es la clave para mitigar y deshabilitar este espiral de ansiedad y sistemas de alarma defectuosos. Mientras más lo aceptas y comprendes, menos le temes.
Aprender que se trata de una respuesta de tu sistema nervioso para sólo avisarte de que debes chequear algunos aspectos específicos de tu vida y no que es una situación de peligro y muerte reales, ayuda muchísimo a la hora de manejar la ansiedad que se produce cuando ya identificamos los primeros síntomas.   Ya conociendo cómo funciona puedes intentar visualizar a tu cerebro presentando un error, enviándote una alarma sin sentido, así como cuando un auto empieza a sonar por una vibración mínima o porque pasó por encima un gato. Trivializar estas respuestas de tu mente y cuerpo hará que minimices el poder que tiene en ti.  No hará desaparecer las crisis como pasaría con un tratamiento psicológico, pero sí te ayudará en el momento preciso.     Aceptarlo significa entender como funciona y si se gatilla, dejarlo fluir de la manera menos ansiosa posible, no significa ignorarlo y tratar de evitar la terapia, porque se ha comprobado que esto último provoca, de hecho, aumento en la intensidad y/o frecuencia de las crisis.

2 NO TE MUEVAS

Donde sea que estés, quédate quieto —no huyas. Aunque escapar parezca lo necesario en el momento, sólo crea más problemas. Correr profundiza los circuitos de procesamiento del miedo en el cerebro, eso quiere decir que si, en ese momento, corres cuando el cerebro te pide que corras, estarás confirmándole que sí había un peligro externo y haciendo mucho más potente esa respuesta en las próximas ocasiones.
Por lo tanto, es más probable que experimentes las mismas reacciones y sensaciones corporales la próxima vez que te encuentres en una situación similar.

3 RESPIRA DESDE TU ESTÓMAGO

La respiración diafragmática activa el sistema nervioso parasimpático o la respuesta de calma, tan rápido como un interruptor de luz, que desactiva la respuesta de lucha o huida. Prueba respirar por la boca mientras expandes tu estómago y gira el estómago hacia adentro mientras exhala.  Una de las maneras más efectivas para controlar tu sistema nervioso desde la respiración es el método ocupado por los Marines de USA que nosotros cubrimos en este artículo llamado respiración táctica.

4 TU MANTRA DEBE SER: “ESTO TAMBIÉN, PASARÁ”

Asumiendo que eres una persona que pone atención a su salud y estás al día con tus chequeos en los ámbitos necesarios a cuidar, en otras palabras, que estás con buena salud, debes recordar que a pesar de lo aterradores que pueden ser estos síntomas, NO PUEDEN dañarte de ninguna otra manera. 

5 EMPODÉRATE Y ENORGULLÉCETE

Luego de haber superado con éxito los síntomas para luego recuperarte, será un pequeño avance en el aprender a desactivar tu respuesta de miedo. Sucesivamente, al ir lográndolo con mayor frecuencia, irás cristalizando aún más tu respuesta, superando cada vez más rápido los ataques de pánico, ya que tu autocontrol será la respuesta inmediata, puesto que tu cerebro se irá recableando positivamente. Por ello, debes estar orgulloso y piensa en los ataques de pánico como momentos que te dan la oportunidad de mejorar tus respuesta de autocontrol.  Pero atención, tal como explicamos anteriormente, esto sólo es útil durante las primeras veces y si te llega a pasar muy esporádicamente en un futuro, porque las crisis normalmente se vuelven cada vez más frecuentes y cada vez más intensas si no comienzas a tratarlas de la manera adecuada, por eso la gran recomendación es comenzar con psicoterapia si ves que ya tienes las primeras crisis, y empezar psicoterapia junto con tratamiento psiquiátrico si ya has esperado mucho y las crisis están siendo muy frecuentes dentro de la semana o pocas pero demasiado intensas.

 

 

Si esta información te ayuda genial, porque para eso la exponemos, también puedes compartirla porque nunca se sabe quién de nuestros cercanos puede estar viviendo momentos difíciles como estos.   Si te parece muy difícil manejar las crisis o los problemas que los detonan son profundos, recuerda pedir ayuda. Como siempre, aquí estaremos para resolver tus dudas y por supuesto puedes concertar una hora con nosotros aquí.