Es fácil identificar duelos evidentes -como el fallecimiento de un ser querido- pero, usualmente, es mucho más difícil percatarnos de pérdidas más sutiles, que siguen teniendo un impacto importante en cómo nos comprendemos a nosotros mismos, a nuestro entorno y a las personas que nos rodean. Este artículo cubrirá estos tipos de pérdidas y las características de los duelos que desencadenan.
Pérdida de identidad
Sucede cuando perdemos un rol o una relación que nos definía.
Muchos se reconocen sólo como ‘hijo de, pareja de, madre de, etc’. Cuando esos roles se pierden o alteran fuertemente, es posible experimentar un sentido de pérdida: aquel rol se había hecho parte de nuestra identidad primaria o fundamental. En los casos repentinos, como separaciones, despidos, lesiones u operaciones -que arrebatan algo que pensábamos nos definía- también es posible que la identidad se sienta como arrebatada o robada, dada la falta de control que experimentamos durante la situación. Por otro lado, algunos cambios de identidad pueden ser gatillados por acciones voluntarias, como dejar comunidades que nos rechazan o cambiando de carrera o trabajo; en esos casos, al ser una decisión personal y que se percibe como controlada, muchos pueden coartarse de vivir el duelo, sintiendo que se tuvo única responsabilidad de lo sucedido y que, por tanto, no hay nada perdido.
Pérdida de seguridad
Sucede cuando perdemos la sensación de bienestar físico, mental o emocional.
Todos esperamos sentirnos seguros en nuestros hogares, familias o comunidades, y la pérdida de aquella seguridad, ya sea física (como por ejemplo, un robo en nuestro hogar) o emocional (por ejemplo, sufrir una traición) nos conduce a la pérdida de esa seguridad con la que contábamos. La pérdida de seguridad puede llevar a estados de hipervigilancia (estar muy atentos/as a señales que puedan indicar que la situación dolorosa/peligrosa se volverá a repetir) incluso cuando ya no estamos en peligro. En otros casos, puede llevar incluso a padecer estrés post-traumático, en caso de que hayamos vivido violencia (física o psicológica) en un nivel que le resulte imposible a nuestra mente de tolerar.
La seguridad no puede ser recuperada, sino que debe ser reconstruída.
Pérdida de autonomía
Sucede cuando perdemos la capacidad de ser autónomos y pasamos a depender de otros.
La pérdida de autonomía desencadena el duelo, en primer lugar, por sentir la pérdida del control que previamente percibíamos tener sobre nuestra vida y la capacidad de poder manejarla a nuestro antojo. En segundo lugar, también se puede experimentar la pérdida de una parte de nuestra identidad: una parte de nosotros se identificaba como “una persona que podía ir al baño por sí misma”, por ejemplo.
En caso de enfermedad o discapacidad, la pérdida de autonomía e identidad se suma a la pérdida de independencia y la habilidad para funcionar “normalmente”.
Por otro lado, una persona que sufre de dificultades económicas (y que puede quedar financieramente a la deriva) puede sufrir una sensación de duelo similar, junto con sentimientos de desesperanza y fracaso.
Se debe reconstruir el sentido de identidad bajo las nuevas limitaciones.
Pérdida de expectativas
Muchos basan su vida en una visión rígida de cómo deben ser, de qué pasos seguir y de cómo quieren que se vea o sea este escenario ideal. Cuando la vida se encarga de cambiar esa visión, es cuando se siente el duelo y un gran sentimiento de desorientación.
Parejas tratando de concebir, encontrándose con la dura realidad de que no será posible, deben aprender a aceptar su nueva realidad, tal como quien pierde una oportunidad de trabajo que creían segura, o un estudiante que pierde una beca, o aquellos que después de muchos años miran hacia atrás dándose cuenta que lo que querían para su vida, no se pudo ni se podrá concretar.
Se debe aprender a generar sueños y expectativas aterrizadas, pero sobre todo aprender a flexibilizarse considerando que la vida es inestable.
Si te encuentras pasando por alguno de estos procesos, la asistencia de un profesional calificado puede ser clave, no solo para llevarlo de mejor forma, si no también para aprender del mismo y replantearse metas y reconstruir identidad. Puedes agendar hora con nuestros profesionales haciendo click aquí.