Durante mucho tiempo, se ha creído que el día de San Valentín se trata de celebrar el amor y fortalecer los vínculos entre las parejas. Pero en el último tiempo, científicos han descubierto que esta romántica festividad puede tener un impacto negativo en las relaciones, contrario a lo que muchos/as todavía creen.
Las Expectativas
Cuando se trata de San Valentín, la fecha viene cargada de expectativas, usualmente en la forma de tradiciones y obligaciones, que la mayoría de las personas se sientes forzadas a cumplir. Por ejemplo, si estás en una relación, se espera que durante esta fecha intercambies regalos con tu pareja; esto no es necesariamente malo, pero los últimos estudios en el tema han revelado que este tipo de conductas (intercambiar regalos en San Valentín) no tienen ningún impacto positivo sustancial a largo plazo. Al final, el único que gana realmente es el comercio.
Es interesante notar que, aunque intuitivamente podemos pensar que hacer un regalo nos hará sentir bien, un estudio de la Asociación Norteamericana de Investigación en Consumidores encontró que si te sientes con la obligación de dar un regalo a tu pareja, ese regalo puede hacerte incluso más infeliz con la relación, ya que vas asociándola a la obligación de regalar y no a la libertad o el crecimiento que se espera de ellas.
Las Comparaciones
En relación a las altas expectativas y las tradiciones, surgen también, durante esta fecha, las comparaciones. Es posible que te encuentres comparando tus regalos y/o planes de San Valentín a los de tus cercanos u otras parejas a las que tengas acceso (ya sea directamente o través de redes sociales, por ejemplo). Existe un concepto llamado Teoría de Interdependencia, que sugiere que la satisfacción de una persona con su relación de pareja se basa en dos cosas:
1. Cómo su relación actual se compara con sus expectativas de relaciones en general.
2. Cómo su pareja se compara con otras potenciales parejas existentes.
De acuerdo con este concepto, si ves a parejas dándose “mejores” regalos o teniendo “mejores” gestos que los tuyos, esto puede alzar tus expectativas de las relaciones en general y repentinamente tu relación empieza a bajar en el ranking mental que tienes, viéndola cada vez peor.
El Sesgo Cognitivo
Cuando nos fijamos en los regalos y los ‘gestos’ de cariño, cuando intentamos deducir el amor o el cariño en función de gestos como estos, nos encontramos usualmente con un sesgo cognitivo fundamental: Error de atribución.
El error de atribución aparece cuando le atribuyes a una persona rasgos inherentes en función de alguna conducta que esa persona está haciendo, cuando en realidad la conducta puede tener otras muchas causantes y no necesariamente la que se te ocurre a ti.
Por ejemplo, puedes ver a parejas teniendo un día muy romántico, entregándose muchos regalos y comportándose muy cariñosos. En función de esas conductas, asumes que tienen una gran relación, que la están pasando genial y que todo les está resultando bien, y puedes incluso comparar tu celebración con la de ellos. Pero no ves el estrés de hacer los planes, la sensación de obligación de comportarse más cariñosos, y los posibles conflictos que esto produce.
De la misma forma, si te entregan un regalo que no cumpla las expectativas que tenías, el error de atribución puede llevarte a cuestionar cuánto esa persona te quiere o piensa en ti.
Estas dos asunciones son probablemente erróneas. El cariño y el amor son estados internos difíciles de deducir de acciones como regalos o cenas; son mucho más complejos y no podemos asumirlos en función de cosas así de simples.
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Un estudio del 2009 descubrió que las palabras “cupido” y “flores” aparecían más fácilmente en la mente de las personas a principios de febrero. En el 2017, otro estudio mostró que la gente incluso eleva sus opiniones acerca del chocolate y flores cercano a la fecha de San Valentín. Pensar sobre romance y relaciones puede empañar la forma en que las personas ven a sus parejas, destacando y magnificando problemas existentes. Este efecto puede ser más o menos fuerte dependiendo de las características de cada persona y una de esas características tiene que ver con cómo cada uno ve el romance en general y esto, a su vez, depende mucho de su estilo de apego.
Estilos de apego
El estilo de apego es una medida de la actitud de las personas en cuanto a las relaciones, y está basada en dos dimensiones:
1. Apego ansioso: La gente con apego ansioso tienden a ser más inseguras de sí mismas y ven a los otros como la solución a estos estados negativos. Por lo tanto, tienden a preocuparse constantemente por la búsqueda de intimidad y apoyo en sus parejas.
2. Apego evitativo: La gente con apego evitativo tienden a sentirse seguras de sí mismas y valoran fuertemente la independencia, pero pueden ser desconfiadas con respecto al apoyo y contención de otros y, por tanto, tienden a estar menos interesados en la intimidad en general.
Es fácil ver cómo estas dos tendencias de apego influyen en nuestras expectativas con respecto a las relaciones. Incluso, un estudio realizado en 2014 apuntó que el tener rasgos predominantemente evitativos, se relaciona a una menor satisfacción con las relaciones, y esta insatisfacción se magnifica en San Valentín (como ya cubrimos más arriba), no manifestándose la misma insatisfacción en personas con bajos rasgos evitativos.
Catalizador
Es importante mencionar que el día de San Valentín no es un instigador de rupturas amorosas. Su rol pareciera ser más bien el de un catalizador de inestabilidad para aquellas relaciones que ya estaban débiles previamente, no afectando a relaciones más fuertes y estables.
Lo mismo pasa con el sentimiento de obligación: si ya sientes algo de insatisfacción con tu relación (previo a San Valentín) investigaciones preliminares sugieren que es más probable que asumas que recibiste un regalo por obligación, lo que te hace sentir menos agradecimiento por dicho regalo y aumenta el sentido de insatisfacción con la relación.
San Valentín no es todo regalos, cenas románticas y pasarlo genial. Hay riesgos reales en poner tanto énfasis en una fecha así, y de la forma que se ha hecho hasta ahora. Lo importante es preguntarnos: ¿Qué quiero yo hacer para esta fecha? ¿Qué me resulta realmente significativo? Y extender esas preguntas y reflexiones al contexto de pareja. Así, se encuentran soluciones y planes que respondan realmente a su situación, contexto y expectativas.
Información compilada por SciShow Psych.