Todos hemos sentido ansiedad en nuestras vidas; es una emoción natural. Pero esto no es comparable con lo que viven aquellos que sufren niveles altos ansiedad o trastornos de ansiedad. Las personas en dicha situación pueden sentir vergüenza, culpa, preocupación y pánico en situaciones donde, típicamente, otros no la sienten. Estos sentimientos casi permanentes de miedo e incertidumbre pueden tomar control de sus vidas y hacerla mucho más difícil, e incluso puede llegar a ser una condición invalidante. Aunque tengas las mejores intenciones, ayudar a alguien que sufre de ansiedad puede ser complejo. Aquí te damos ejemplos de cosas que nunca decir si quieres apoyar a alguien que sufre de ansiedad.
1. “Cálmate”
Decirle a alguien que se calme cuando siente altos niveles de ansiedad es como decirle que baje su fiebre a voluntad. Sentir ansiedad implica que nuestro cerebro entra en modo supervivencia, y si fuera tan fácil calmarlo con un sólo comando, nadie sentiría ansiedad. Lamentablemente, no funciona así. Si te encuentras diciéndole a alguien con ansiedad que se calme, probablemente lo haces desde la frustración o la culpa de no poder hacer algo para ayudarle; comprensible, pero sigue siendo mala idea.
2. “Está todo en tu cabeza”
Está claro que está todo en nuestras cabezas. Sabemos que los síntomas de la ansiedad suceden en nuestro cerebro; sentimos un estado de alerta extrema y aquello distorsiona nuestra percepción de la realidad. Lo peor de esta frase es que a veces viene cargada con la idea de que la persona voluntariamente se ha inventado una historia de terror. Pero esto no es cierto; la ansiedad es un estado real que debe ser tratado seriamente.
3. “No es para tanto”
Aunque las cosas por las que las personas padecen ansiedad parezcan triviales, parte de esta afección es distorsionar la percepción de la realidad, haciendo parecer todo más terrible de lo realmente es. Incluso, las personas que padecen ansiedad muchas veces son conscientes de lo irracionales que son sus patrones de pensamiento. Por lo mismo, en el mejor de los casos un “no es para tanto” es una frase con cero impacto en el bienestar; en el peor, desestima e invalida lo que el otro está viviendo.
4. “Todo estará bien”
Para muchos esto puede ser reconfortante, pero, ¿qué pasa si no todo resulta bien? Para alguien con ansiedad, este escenario confirma sus temores y preocupaciones, alimentando los pensamientos de miedo y preocupación. Es mejor decir “Es poco probable que algo salga mal, pero si sucede, podremos superarlo”.
5. “Sé cómo te sientes”
Si nunca has sufrido de altos niveles de ansiedad o algún trastorno asociado, probablemente no tienes idea de cómo se siente. Incluso si te ha pasado, todos los cuadros ansiosos son distintos, y puede que no hayan muchas cosas en común con tu caso. Puede que incluso llegues a trivializar la condición, invalidando el sentir del que la padece.
6. “Algunos la están pasando peor que tú”
Sentir ansiedad puede implicar sentir preocupación, miedo, pánico y sobre todo, culpa; decir esto puede reforzar ese sentido culposo y agrava la situación. Como ya se mencionó, muchas veces las personas están conscientes de lo irracional de sus pensamientos y de que su situación no es tan catastrófica como la de otros. Contrastar situaciones no coopera con la recuperación ni el tratamiento.
7. “Deberías tratar de meditar/hacer yoga/mindfulness”
Muchas de estas estrategias funcionan para aliviar y prevenir muchas condiciones, pero para alguien que ya está sumido en niveles graves de ansiedad, no está garantizado que vayan a ser efectivas. Es más, si no producen el efecto deseado, pueden llegar a generar frustración y más ansiedad. Si aconsejarás sobre actividades para manejar mejor la ansiedad, debes sobre todo, no presionar y mencionar claramente que no es para todos.
8. “¿Porqué no me dices qué te pasa?”
Para alguien que sufre ansiedad puede ser difícil identificar y comunicar las emociones que experimentan por vergüenza o culpa. Aunque te parezca frustrante que no te comuniquen qué les sucede, recuerda que el generar más culpa no será la solución. En vez de eso, puedes mencionar que estarás presente en el momento que sí quieran conversar.
9. “Está de moda estar ansioso”
Los trastornos de ansiedad y los niveles altos de ansiedad no están de moda. Lo que ocurre es que son realmente comunes y cada vez tenemos mejores herramientas para identificarlos. Gracias a mayor apertura desde las personas que la sufren, y menos prejuicio de quienes las rodean, el estigma ha ido disminuyendo y esto, a su vez, genera que se sepan más y más casos.
Ser diagnosticado con un trastorno de ansiedad no es para ser glamorizado. Tratar a la ansiedad como una moda sólo empaña todo el trabajo que hacen los profesionales y aquellas personas que se abren a hablar de sus experiencias, todo con el fin de que otros puedan obtener ayuda, eliminando de una vez por todas el estigma.
10. “Aguántate y supéralo ya”
Muchos creen que el padecer altos niveles de ansiedad o un trastorno asociado es de gente débil, muy sensible o cobardes. Pero las personas que los padece no puede controlar sus respuesta al miedo. Es por eso que forzar a alguien a que se exponga a sus miedos, que se aguante y los supere, sólo los avergonzará, los hará sentir culpables o los hará caer en pánico (incluso agravando el cuadro). Pensar que sólo con voluntad y valentía se superará es irreal, ya que enfrentar la ansiedad requiere herramientas y técnicas, no solo ganas.
11. “¿Porqué todo te abruma tanto?”
Para muchos, las situaciones cotidianas, como las reuniones sociales, pasan desapercibidas; solo una actividad más del día a día. Pero el cerebro de alguien con altos niveles de ansiedad está siempre en alerta, haciendo situación potencialmente estresante. Cada ruido, acción, olor, luz, persona, objeto, puede ser un signo de alarma y ansiedad.
12. “Suéltalo, déjalo ir y libérate”
Parte de la ansiedad consiste en pensar constantemente en las fuentes de ansiedad. Este sobre-pensar se origina en recuerdos alojados en el sistema límbico de nuestro cerebro, donde la mente almacena memorias que nos ayudan a determinar riesgos. Estos recuerdos son, a menudo, resultado de experiencias negativas y se almacenan en un lugar distinto al de los demás recuerdos.
En el caso de alguien con ansiedad, el cerebro busca relacionar estos recuerdos negativos a situaciones presentes, con el fin de evitar que el evento negativo se repita. Romper este ciclo toma trabajo y conocimiento específico, y la actitud de “soltar y dejar ir” no basta.
13. “¿Porqué no puedes ser más positivo?”
Padecer ansiedad no tiene nada que ver con la negatividad. La ansiedad patológica es una respuesta aprendida durante eventos negativos, donde la persona se sintió profundamente en riesgo. Cuando has experimentado algún evento así, es muy difícil ver el mundo de manera optimista. Decirle a alguien que sea más positivo o que mire el vaso medio lleno ignora la intensidad emocional de lo que vive aquel que está sufriendo.
14. “No estás poniendo de tu parte para mejorar”
Luchar contra la ansiedad es una batalla que nunca parece terminar y puede ser agotador. Muchos, a pesar de estar siguiendo un tratamiento psicológico y psiquiátrico, puede que aún sientan miedo y preocupación. Esto es un camino difícil y largo. Decirles que no están poniendo suficiente de su parte sólo los harás sentir más desesperanzados, cuando deben sentirse apoyados a pesar de lo largo y duro que sea el camino.
15. “Tu ansiedad no es una excusa para descuidar a tu familia o amigos.”
Así como no condenaríamos a nadie por cancelar planes por una gripe, no deberíamos condenar si alguien cancela planes por ansiedad. Las personas con ansiedad no tienden a usarla como excusa para pasar tiempo en su casas relajándose; usualmente, están tratando de prevenir episodios de mucha ansiedad o incluso ataques de pánico en público. La narrativa de que la ansiedad se usa como excusa es increíblemente falsa y, por tanto, dañina.