Mike Massimino, quien fuera un astronauta de la NASA por 18 años, pasó un total de 30 días viviendo a bordo de una estación espacial. Él mismo nos cuenta que no siempre le fue fácil vivir en un espacio tan pequeño, más todavía considerando que habían 6 personas más viviendo junto con él.

Tal como muchos en el mundo, Mike está en cuarentena voluntaria y quiere darnos consejos de lo que pudo aprender en su encierro en el espacio.

ACEPTA LA SITUACIÓN

Teniendo todavía muy poca experiencia, Mike tomó los los consejos de John Blaha, un astronauta experimentado que ya había pasado mucho tiempo en el espacio. John describió la experiencia de su misión en dos partes:

En la primera parte, realmente extrañaba su hogar y no estaba sacándole provecho a la situación en la que se encontraba, hasta que se dijo a sí mismo: “Oye, estoy aquí y no hay nada que pueda hacer al respecto”. Y ahí vino la segunda parte, donde se dio cuenta y se dijo a sí mismo: “Aceptaré la situación y sacaré lo mejor que pueda de ella”. Luego de eso, lo pasó mucho mejor y los días pasaron volando.

Mike nos recomienda que, mientras estamos en confinamiento, debemos intentar sacar provecho de la situación como sea; él, por ejemplo, se enfoca en dar clases universitarias y tener reuniones online. Además, está aprendiendo a utilizar la tecnología de las videollamadas y redes sociales, que antes desconocía.

COMUNÍCATE A LA TORRE DE CONTROL Y SÉ LA TORRE DE CONTROL DE OTROS

Cuando Mike estaba en el espacio, a pesar de estar completamente aislado del planeta, tenía a sus compañeros de misión. Pero igualmente se sentía solo, sobre todo cuando tenía que salir a caminar en el espacio. Durante su última caminata espacial (una de las más difíciles, pues intentaba sacar una pieza del telescopio Hubble, cosa que ni siquiera estaba seguro que podría hacer) Mike cometió un error. Cayó en desesperación. Pensó que no podrían salir de ese problema y todos lo culparian a él. Pero, luego de una hora, la torre de control dio con una solución que Mike pudo ejecutar y todo resultó bien. 

Durante ese momento de desesperación, Mike olvidó que la torre de control estaba ahí para ayudarlo, que estaban en esto todo juntos. Y eso es lo que nos recuerda en estos momentos difíciles: ten tu propia torre de control, en la que puedas confiar y apoyarte, y sé parte de la torre de control de otros. Pide ayuda y, en la medida que puedas, ofrece ayudar a los que te rodean.

Pasado el tiempo, a Mike le tocó trabajar en la torre de control, y siempre se encargó de hacer sentir acompañados y seguros a sus compañeros que estaban en el espacio, sobre todo en situaciones difíciles.

EJERCITA

El ejercicio es crucial en las misiones espaciales, incluso en las cortas, ya que en gravedad cero se puede perder mucha masa muscular y densidad ósea. 

En el espacio, Mike utilizaba una bicicleta estática y hacía ejercicios de elongación y resistencia. Además, las caminatas espaciales se consideran un ejercicio de cuerpo completo por su demanda física. 

Durante las misiones, el ejercicio físico era importante tanto para el bienestar del cuerpo como para el de la mente, y Mike considera que esto también es aplicable a esta situación de confinamiento aquí en la tierra. Él nos recomienda ejercitar todos los días, de la forma que sea, por lo menos 20 minutos. 

DISFRUTA LA BELLEZA A TU ALREDEDOR

A veces nos concentramos mucho en las tareas cotidianas y olvidamos tomarnos un segundo y mirar a nuestro alrededor. Esto es lo que le pasó a Mike en su última caminata espacial. Había terminado sus tareas antes que su compañero de caminatas y consideró prudente empezar a ordenar las cosas para cuando tuviesen que volver a entrar a la nave. Mientras lo hacía, su comandante, Scott Altman, le dice “¿Hay algo que estés haciendo que no puedas hacer después?” a lo que él responde “No, sólo estaba adelantando algunas cosas” y Scott responde “¿Por qué no dejas lo que estás haciendo, sales y disfrutas la vista? Tu viaje con el Hubble está por terminar.” Mike tomó el consejo y disfrutó por última vez la vista del espacio.

Si en estos momentos no puedes salir de ninguna manera al exterior, mira algo que te enriquezca, algo realmente significativo. 

En una de sus misiones espaciales, él y la tripulación quedaron con dos días libres luego de terminar con todas sus tareas y que su bajada a la tierra fuera demorada por mal tiempo. Sus compañeros realmente estaban sobrepasados por no tener algo que hacer y tener que matar el tiempo, pero él, habiendo aprendido a apreciar lo que lo rodeaba, se quedó mirando por las ventanas la belleza de la tierra en su lejanía. 

ENCUENTRA DISTRACCIONES SIGNIFICATIVAS

Una de las cosas que Mike descubrió trabajando en el centro de control como intercomunicador, fue que mandar a los tripulantes a que hicieran trabajos de organización o inventario no era algo significativo para llenar todo el tiempo libre con el que disponían. Se dio cuenta que llenar el tiempo con actividades significativas (algo que los tripulantes realmente disfrutaran) hacía mucho más llevadero el tiempo en el espacio. Algunos se iniciaron en la fotografía y algunos en otras actividades artísticas, como el dibujo y la música.

El consejo de Mike es que, por sobre todo, encuentres una distracción significativa: así no solo usarás tu tiempo, si no que también te conectarás emocionalmente con la actividad que estés realizando.

MANTENTE CONECTADO

Mike recuerda cuando, en misiones pasadas, no podía comunicarse estando en el espacio. Aquí su mayor reparo era el estar desconectado de su seres queridos. Pero ahora puede mantenerse conectado estando en el espacio y en la tierra.
Cuando le pidieron a Mike que twitteara desde la estación espacial quedó encantado de hacerlo: para él, esta era una forma más de mantenerse conectado y compartir sus días. (Esto también lo convirtió en la primera persona en twittear desde el espacio)

Su consejo es mantenernos conectados con la gente que queremos, en la forma que podamos. Diles lo que has estado haciendo, cuéntales de tu día, pregunta cómo ha estado el de ellos. Mantente conectado. 

DE VUELTA, NO DES NADA POR SENTADO

Cuando Mike volvía a la tierra luego de sus misiones espaciales, se daba cuenta de todo lo que se había perdido. Cuando estaba en el espacio pensaba en lo mucho que extrañaba a su familia y cosas pequeñas, como el clima: en el espacio no hay lluvia, nieve, ni viento. Ahora no da ninguna cosa por sentado, por muy trivial que parezca. Cuando volvía a la tierra, sólo estaba agradecido de poder estar cerca de los suyos, de poder hacer todo lo que disfrutaba (y nunca más se quejó por el clima).

Ahora, en las condiciones de confinamiento, Mike se da cuenta de que podría estar en un estadio viendo un partido de baseball, cosa que quizá no pueda hacer en muchísimo tiempo más. Tampoco ha podido ver a muchos de sus familiares, ni estar en reuniones públicas (cosa que extraña mucho). Pero esta distancia es la misma que sentía en el espacio. En esos momentos, siempre tuvo presente que cuando acabaran sus misiones, podría apreciar mucho más su vida en la tierra. El mismo efecto podremos experimentar nosotros que, eventualmente, tendremos la oportunidad de apreciar más nuestras vidas; cada reunión social, cada abrazo, cada caminata.
Mike nos aconseja disfrutar a concho la vida, sobre todo cuando podamos volver a cierta normalidad y nunca más dar nada por sentado.

Finalmente, Mike pone énfasis en que la mejor manera que encontró para prepararse para su misiones espaciales fue escuchando y aprendiendo de las experiencias de otros que hubiesen vivido lo mismo antes; de personas mejor preparadas y con las herramientas necesarias para enfrentar situaciones límite de ese tipo. Te invitamos a hacer lo mismo: considera no solo los consejos de Mike, si no también los que entregan los profesionales de la salud mental, quienes dedican su vida a buscar la mejor manera en la que puedes resolver las situaciones difíciles que la vida presenta.