El cansancio sostenido en el tiempo sin considerar los múltiples subtipos de descanso necesarios para el ser humano, pueden llevarnos a contraer distintas patologías físicas y mentales debido al agotamiento. Es muy crucial para nuestro buen funcionamiento el tener especial cuidado y tomar consciencia de que somos seres integrales y como tales, debemos cuidar cada parte de nosotros.

1. Descanso físico

En general sabemos cuando estamos físicamente agotados. El cansancio físico es el más conocido de todos y a menudo es el tipo de cansancio que se nos viene a la mente con la palabra pero es muy importante que podamos discriminar bien y así separarlo de otros tipos de cansancio para hacer más efectivos nuestros descansos. No todas las personas están igual de conectadas con su cuerpo y pueden obviar el cansancio hasta que se transforma en distintos dolores e incluso patologías. Este cansancio se produce al ocupar la musculatura del cuerpo como en el caso de las actividades físicas diarias, el ejercicio o incluso por factores psicológicos que traen como consecuencia la tensión muscular, cuerpo agotado, quijada apretada durante el día y la noche.

Para un buen descanso físico debemos darle prioridad al cuerpo y su estructura. Tomando pausas durante el día para poder relajarlo y debemos privilegiar por sobre todo el sueño. Pueden ser descansos pasivos como el simplemente dejar de movernos y encontrar comodidad o pueden ser descansos activos como estiramientos, trabajar la flexibilidad, masajes, duchas calientes, así como también el trabajo de relajación y respiración puede ayudar.

2. Descanso Mental

Este cansancio se manifiesta en dificultad para concentrarse, dificultad para conciliar el sueño por constantes rumiaciones o despertar cansado a pesar de haber dormido las horas necesarias. El cansancio mental proviene del acostumbramiento del cerebro a un estado de constante preocupación por tareas, quehaceres o situaciones potenciales futuras.

Para un buen descanso mental se necesita poner orden a nuestros pensamientos a través del día o antes de dormir; esto puede lograrse llevando un registro escrito donde pongamos en orden nuestras ideas y emociones. También puede ser muy útil ver una película, jugar un videojuego o escuchar música, siempre y cuando éstas no impliquen el mismo nivel de procesamiento mental en el que estuvimos durante el día.

También es importante mantener las horas de sueño adecuadas, pues la falta de sueño se traduce desde un mermado rendimiento cognitivo en el día a día, hasta como los últimos estudios lo han confirmado, aumenta el riesgo de alzheimer. También puedes poner en práctica un ejercicio común en la meditación, donde somos el observador de nuestros pensamientos y los visualizamos como hojas que caen de los árboles con el viento, sin enganchar con ellos. Esto nos ayuda a crear distancia entre nuestros pensamientos y emociones.

3. Descanso Sensorial

Este cansancio se produce por la constante exposición a estímulos sensoriales tales como ruidos de la ciudad, luces provenientes de pantallas, interacciones sociales permanentes, etc. Si bien cada persona tiene necesidades sensoriales diferentes, sobre todo las neurodiversas, cada tanto, se recomienda hacer un descanso sensorial a través de la deprivación de estímulos. Para ello se recomienda tener en cuenta los estímulos a la hora de dormir: dejar las pantallas al menos 45 minutos antes de dormir, usar algún tipo de dispositivo que nos ayude a bloquear la luz que entra a nuestros ojos, ya sea una máscara o cortinas que bloqueen las luz, tapones o audífonos que cancelan el ruido. Todas estas medidas ayudarán a bajar la sobrecarga sensorial diaria.

En el día a día es necesario hacer dietas sensoriales para no llegar a la sobrecarga; para ello se recomienda crear en la medida de lo posible, ambientes donde los estímulos sean controlables y se acomoden a tus necesidades.

Un alcance pertinente para aquellos en el espectro de la neurodiversidad es conocer nuestro perfil sensorial para ajustar la vida según se necesite.

4. Descanso creativo

Este cansancio se produce cuando estamos constantemente bajo la presión de estar resolviendo problemas, creando soluciones, buscando inspiración o haciendo lluvia de ideas. Este cansancio puede manifestarse en el bloqueo creativo, fatiga creativa o agotamiento o “burnout” laboral por la presión de buscar soluciones y resolver problemas.

Para un buen descanso creativo se recomienda descansar de la presión de todas aquellas actividades que nos demanden creatividad, para ello podemos rodearnos de cosas que nos inspiren y potencien la creatividad, ingenio, inventiva, innovación, etc; pero desde el disfrute y no desde la productividad. Implica poner toda la voluntad y atención en la idea de simplemente disfrutar lo que tenemos enfrente y aceptarlo tal como está, sin tener que aportar cambios.

También se recomienda pasar tiempo en la naturaleza, nutriéndose del verde y azul de la naturaleza en cualquiera de sus formas. Estudios han demostrado que pasar tiempo cerca de “cuerpos de agua” como ríos, lagos o el mar, nos proveen de descanso y calma, sobre todo creativa. Lo mismo se ha descubierto con el visitar zonas con mucha vegetación. Si no puedes acceder a la naturaleza, puedes obtener sus beneficios mirando imágenes de bosques, lagos, etc.

5. Descanso espiritual

El cansancio espiritual se produce por nuestra constante sensación de desconexión frente a algo que sea más grande que nosotros mismos, por la falta de un propósito que vaya más allá de lo meramente práctico. Este tipo de estresor no existe únicamente en la vida urbana sino también en las comunidades rurales donde muchas veces el pragmatismo de las actividades cotidianas rompe la idea de aquello más grande. El descanso espiritual no significa necesariamente encontrar una religión que nos ofrezca la certidumbre del tiempo y espacio, sino que puede ser también el unirnos a cualquier causa de ayuda, a voluntariados, o incluso la actividad individual de ayudar a tener una mejor sociedad a través de distintos actos cotidianos.

6. Descanso emocional

Este cansancio se produce cuando no somos conscientes de nuestras emociones o cuando las reprimimos ya que añadimos una presión interna adicional a nuestra vida. También puede ocurrir cuando nos vemos expuestos a emociones muy intensas o muy variadas en un período corto de tiempo.
Aprender a reconocer nuestras emociones, poder comunicarlas y ser personas más auténticas, nos ofrece este tipo de descanso. Expresar lo que sentimos, idealmente verbalizando puede ser una de las mejores formas de descanso emocional.
Otras formas de descansar emocionalmente son rodearnos con gente con la que podamos ser auténticos y sentir paz emocional. Dejar de querer agradar a todo el mundo a costa de nuestro propio bienestar.

7. Descanso social

Este cansancio se produce cuando no sabemos cuándo nuestras relaciones nos llenan o nos drenan. Cuando no somos capaces de satisfacer nuestras necesidades sociales según nuestra personalidad; si somos personas introvertidas, extrovertidas o ambivertidas ya sea siendo neurotípicas o neurodiversas.
Todos tenemos una batería social a la que debemos prestarle atención, ya que nuestro umbral de sociabilidad dependerá de ella. En algunos casos esta batería se drena con instancias sociales, en otras personas se carga bajo las mismas condiciones.
Este cansancio por tanto, se presenta si te obligas constantemente a socializar cuando no puedes o quieres hacerlo o cuando te sobrepasas y “agotas” tu batería. O cuando te retraes socialmente cuando compartir de manera social te recarga.
Para descansar socialmente debemos ser consecuentes con nuestra energía disponible y con nuestro umbral social. Aprender a reconectarnos con nuestra propia individualidad a menudo aprender a decir que no a un montón de invitaciones sociales que pueden llegarnos.


Si lo notan, muchos tipos de descanso tienen que ver más que con desconectar de la presión externa y se enfocan en conectar con nuestras necesidades y ser capaces de satisfacerlas siendo honestxs y auténticxs. No evadir, sino que conciliar y equilibrar para encontrar el descanso.