A través de su historia, toda sociedad desarrolla formas específicas de demostrar amor. Naturalmente, estas formas más estereotipadas dejan fuera muchas otras formas de expresar cariño y, si se vuelven rígidas, pueden terminar generando mucho malestar, sobre todo a aquellas personas que no se sienten cómodas con estas expresiones. Ejemplos de estas expresiones más comunes son la compra de flores, joyas o muestras grandiosas y hasta cinematográficas de amor y amistad. Pero el amor puede ser demostrado también a través de pequeños actos que, para muchos, pueden pasar desapercibidos.
En su libro “Cinco lenguajes del amor”, Gary Champman propone que las personas tenemos diversas formas de expresar amor: palabras de afirmación, dar regalos, actos de servicios, tiempo de calidad y contacto físico. Así mismo, Chapman subraya que los lenguajes primario y secundario del amor (los lenguajes preferidos para una persona) reflejan tanto la forma de dar amor como la de recibirlo.
Siguiendo esta idea, es evidente que conocer tu propio lenguaje de amor y el de quienes te rodean es importante por dos razones principales: primero, permite que tus esfuerzos por transmitir cariño sean entendidos. Segundo, ayuda a manejar las expectativas con respecto a lo que deseas recibir de los demás, qué pueden efectivamente entregarte y cómo apreciar las formas de expresión de cariño de cada uno.
Cabe destacar que estas formas de expresar amor no son necesariamente de índole romántica: se manifiestan de forma general, con todos con quien nos relacionamos. Revisaremos ahora los distintos lenguajes para expresar amor.
1. Palabras de afirmación
Las palabras de afirmación implican una comunicación verbal explícita, alentadora, afirmativa, activa y apreciativa. Podemos expresar palabras de afirmación a través de mensajes orales y escritos, que muestran nuestro amor a los demás.
Las afirmaciones positivas garantizan algo más que una simple sensación de bienestar para quienes las reciben. Como seres humanos, aspiramos a sentirnos competentes, valorados y apreciados. Las palabras positivas tienen este tipo de poder, creando las bases sólidas necesarias para construir relaciones fuertes.
Pronunciar y escuchar palabras positivas más a menudo que negativas puede activar los centros motivacionales del cerebro, animándonos a emprender acciones positivas más a menudo.
Ejemplos de frases alentadoras: “Creo en ti, tienes todas las habilidades necesarias para lograrlo”, “Estoy orgullosx de ti, sigues avanzando”.
Ejemplos de palabras de aliento: “Estás haciendo un gran trabajo, no te rindas”, “Estás muy cerca, sigue adelante”.
Ejemplos de palabras amables: “Me alegra tenerte en mi vida”, “Me encanta tu personalidad”.
Ejemplos de solicitudes respetuosas: “Si no te complica, me gustaría que me ayudaras en esto, sería una gran ayuda”. “Aprecio mucho cuando pasamos tiempo juntos, ¿podríamos hacerlo más seguido?”.
2. Hacer regalos
Las personas que se identifican con esta forma de comunicación tienden a expresar y sentir el amor a través de la entrega de regalos. Los expertos sugieren que todo el acto de hacer regalos —desde el pensamiento, la cuidadosa elección de un objeto tangible que represente la relación y, finalmente, la entrega en sí, provoca el sentimiento de afecto hacia otra persona.
Dar y recibir tiene ventajas psicológicas: hacer un regalo aumenta los sentimientos de satisfacción y ayuda a reforzar las relaciones al reconocerse mutuamente de forma positiva. Tanto el que da como el que recibe se benefician emocionalmente del acto de dar o recibir.
Una persona que se siente querida a través de recibir regalos puede apreciarlo, por pequeño que sea. Cada vez que lo vea, le servirá de recordatorio de que es amada, ya que lo que está detrás de esto, es el sentimentalismo asociado.
3. Actos de servicio
Los actos de servicio (hacer algo útil y considerado) son otra forma de dar amor y sentirnos amados. Chapman describe los actos de servicio como “hacer algo por alguien que sabes que a él/ella le gustaría que hicieras”.
Estos actos son benéficos tanto para quien los recibe como para la persona que los realiza: el receptor, naturalmente, experimenta la sensación positiva de recibir actos desinteresados. Por el lado de quien realiza este gesto, los neurobiólogos han descubierto que la realización de actos desinteresados activa los centros de recompensa del cerebro; esto significa que el acto mismo se siente bien y, además, que estos sentimientos positivos refuerzan los comportamientos altruistas, haciéndolos más probables en el futuro.
Ejemplos de esto actos serían: Si están ocupados y cansados, cocinar la cena. Ayudar en algún trámite o tarea que sea difícil o engorroso. Es importante notar que no es necesario que sean actos inmensos u ostentosos: todo indica que es el esfuerzo y la disposición lo que genera bienestar.
4. Tiempo de calidad
La psicología que subyace a esta expresión del amor hace hincapié en la calidad frente a la cantidad. Chapman explica: “Tiempo de calidad es prestar a alguien toda tu atención. No me refiero a sentarse en el sofá a ver la televisión. Me refiero a sentarse en el sofá con la tele apagada, mirarse y hablar”. El tiempo de calidad puede ser un lenguaje amoroso expresado por cualquiera, y encontrar formas de expresarlo en tus relaciones no románticas también es importante.
Las personas que creen que el tiempo de calidad es su lenguaje del amor se sienten más apreciadas cuando alguien hace lo posible para pasar tiempo con ellas, ya sea dando un paseo por el barrio o haciendo una excursión de fin de semana.
5. Contacto físico
Es el lenguaje no verbal por el que se puede expresar amor. Puede ser cogerse de la mano, apoyar la cabeza en el hombro o un abrazo. Dado que este lenguaje del amor es de naturaleza física, algunas personas tienden a pensar que se trata simplemente de satisfacer necesidades sensuales, pero desear el contacto físico suele ir más allá del sexo y las necesidades sensuales.
En psicología, el tacto es el primer sentido que adquirimos cuando somos bebés. Es nuestra primera forma de comunicación con el mundo. De ahí que sea fundamental en nuestro desarrollo social y conductual.
Hay beneficios fisiológicos comprobados de dar y recibir contacto físico. Por ejemplo, Paul Zak, neurocientífico e investigador de la Universidad de Claremont, ha llegado incluso a “prescribir” 8 abrazos al día como forma de liberar oxitocina y mejorar el bienestar. Entre los beneficios principales de los abrazos, encontramos:
- Reducen el estrés y la tensión.
- Aportan seguridad y protección.
- Promueven bienestar y calma.
- Mejoran la autoestima y el empoderamiento.
- Regulan el estado de ánimo y el nivel de energía.
- Estimula la capacidad sensitiva.
- Refuerzan los procesos de memoria y aprendizaje: La dopamina generada por un abrazo aumenta el buen humor y la motivación, y estas emociones ayudan a solidificar los recuerdos.
- A nivel fisiológico, reduce la presión arterial y ralentiza la respiración.
- Hay estudios que refieren mejoras en cefaleas, insomnio, regulación del apetito, dolor crónico, ralentización del envejecimiento (por la hormona DHEA) y refuerzo del sistema inmunológico.
- Potencian las relaciones interpersonales y sentimientos de conexión.
Por último, según un estudio el tacto es crucial en la creación y el fortalecimiento de las relaciones románticas. El afecto físico táctil está altamente correlacionado con la satisfacción general de la relación y de la pareja. Además, la resolución de conflictos es más fácil con más afecto físico, como abrazos, mimos y besos en los labios.
Como se mencionó anteriormente, manejar esta información es crucial para conocernos a nosotros mismos y a las personas que nos rodean; ajustar expectativas y generar intercambios de cariño más asertivos y efectivos. Un simple ejercicio puede ser simplemente establecer cuáles son tus lenguajes principales (primario y secundario) e instar a tus seres queridos a hacer lo mismo. Quizá puedas notar expresiones de afecto que antes pasaban desapercibidas o incluso transar un poco y probar expresar cariño en una forma que no te resulta tan intuitiva, pero que es la principal para un ser querido.