El autismo, un trastorno del neurodesarrollo que afecta la comunicación, la interacción social y el comportamiento, ha sido objeto de una creciente preocupación en relación con el suicidio. Las estadísticas revelan un riesgo significativamente mayor de pensamientos, planes e intentos de suicidio en las personas con autismo en comparación con la población general. En este contexto, es esencial explorar los factores de riesgo que contribuyen a esta preocupante tendencia, identificar los factores de alerta que pueden ayudar a detectar el riesgo suicida y discutir las medidas de prevención e intervención que son fundamentales para abordar este desafío de salud pública.

Evidencia empírica sobre el mayor riesgo de suicidio en población autista

Varios estudios han arrojado luz sobre la relación entre el autismo y el suicidio. Revisemos algunos:

  1. Estudio publicado en el “Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry” en 2013 encontró que los adolescentes con autismo tienen un mayor riesgo de ideación suicida y comportamientos suicidas en comparación con sus pares neurotípicos.

Referencia:

Cassidy, S., Williams, K., Robson, S., Melzer, D., & Robertson, S. (2013). Suicidality in children and adolescents with autism spectrum disorder: Systematic review and meta-analysis. Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, 52(3), 234-244.

  1. Estudio, publicado en la revista Journal of Autism and Developmental Disorders, es uno de los más amplios y completos que se han realizado sobre la relación entre autismo y suicidio. Los autores analizaron 26 estudios que incluían a un total de 13.317 personas con autismo. Sus resultados mostraron que las personas con autismo tienen un riesgo significativamente mayor de experimentar pensamientos, planes e intentos de suicidio que la población general.

Referencia:

Cassidy, S., Robertson, S., Williams, K., Wheelwright, S., & Mattison, J. (2014). Suicidality in adults with autism spectrum disorder: A systematic review and meta-analysis. Journal of Autism and Developmental Disorders, 44(11), 2725-2738.

  1. Estudio, publicado en la revista Journal of Autism and Developmental Disorders, también es un metaanálisis que analizó 26 estudios. Los autores encontraron que el riesgo de suicidio en personas con autismo es de 4,2 veces mayor que en la población general.

Referencia:

Kirby, A., Melzer, D., & Williams, K. (2019). Suicide in autism spectrum disorder: A systematic review and meta-analysis. Journal of Autism and Developmental Disorders, 49(1), 107-120.

  1. Este estudio, publicado en la revista Journal of Autism and Developmental Disorders, es el más reciente de los que se han mencionado. Los autores analizaron 37 estudios que incluían a un total de 18.297 personas con autismo. Sus resultados mostraron que la prevalencia de pensamientos suicidas en personas con autismo es del 34,2%, la de planes suicidas es del 21,9% y la de intentos de suicidio es del 24,3%.

Referencia: 

Newell, L., Cassidy, S., Robertson, S., & Williams, K. (2023). Suicidality in adults with autism spectrum disorder: A systematic review and meta-analysis of prevalence, risk factors, and protective factors. Journal of Autism and Developmental Disorders, 53(5), 2193-2215.

  1. Un estudio publicado en “JAMA Pediatrics” en 2019 señaló que las personas autistas tienen un mayor riesgo de morir por suicidio en comparación con la población en general, especialmente en la adolescencia y la adultez temprana.

Referencia:

Kim, J., Williams, K., & Kirby, A. (2019). Suicide risk in autism spectrum disorder: A population-based study. JAMA Pediatrics, 173(12), 1252-1258.

Investigaciones posteriores han confirmado que las tasas de suicidio son más altas en adultos autistas que en la población general.

Estos estudios muestran que las personas con autismo tienen un riesgo significativamente mayor de experimentar pensamientos, planes e intentos de suicidio que la población general. Los factores de riesgo que se han asociado con el suicidio en personas con autismo incluyen:

Factores de Riesgo Asociados al Autismo y el Suicidio:

Bullying y estigmatización: Las personas autistas a menudo experimentan el acoso y la discriminación debido a sus diferencias en la comunicación y la interacción social. El bullying puede ser especialmente perjudicial, ya que puede erosionar la autoestima y aumentar el riesgo de problemas emocionales, como la depresión y la ansiedad. El estigma social también puede llevar a la exclusión y la soledad, lo que aumenta la vulnerabilidad al suicidio.

Aislamiento social: Las dificultades en la interacción social son una característica central del autismo. Esto puede hacer que las personas autistas se sientan desconectadas de sus pares y, en consecuencia, pueden experimentar una profunda sensación de soledad. El aislamiento social prolongado puede contribuir al desarrollo de trastornos del estado de ánimo y al riesgo suicida.

Dificultades en la comunicación: Las personas autistas pueden tener dificultades para expresar sus emociones y necesidades de manera efectiva. Esto puede llevar a la frustración y al sentimiento de no ser comprendidos por los demás. La incapacidad para comunicar el malestar emocional puede hacer que las personas autistas no busquen ayuda cuando la necesitan, lo que aumenta el riesgo de suicidio.

Cambios en la rutina: Las personas autistas a menudo valoran la rutina y pueden experimentar una gran ansiedad cuando se enfrentan a cambios significativos en sus vidas. Transiciones importantes, como la transición a la edad adulta, la pérdida de un ser querido o un cambio de entorno, pueden desencadenar estrés y ansiedad, lo que puede aumentar el riesgo suicida.

Depresión y ansiedad: La depresión y la ansiedad son comorbilidades frecuentes en personas autistas. Estos trastornos del estado de ánimo pueden ser desencadenados por la sensación de aislamiento, la incapacidad para enfrentar situaciones sociales difíciles y el estrés asociado con las demandas de la vida cotidiana. La depresión y la ansiedad no tratadas aumentan significativamente el riesgo de suicidio.

Problemas sensoriales: Las personas autistas a menudo tienen sensibilidades sensoriales que pueden causar malestar. Estas sensibilidades pueden generar estrés y ansiedad, lo que a su vez aumenta la vulnerabilidad al suicidio.

Dificultades en la adaptación: A medida que las personas autistas hacen la transición a la edad adulta, pueden enfrentar dificultades significativas en la adaptación a nuevos roles y responsabilidades. Las luchas en la escuela, el empleo o las relaciones pueden aumentar el riesgo de depresión y suicidio.

Acceso limitado a servicios de salud mental: La falta de acceso a servicios de salud mental adecuados y adaptados a las necesidades de las personas autistas es un factor crítico. La falta de recursos y profesionales capacitados puede dificultar la detección temprana y el tratamiento de problemas de salud mental, lo que aumenta el riesgo de suicidio no detectado.

Comunicación atípica de emociones: Las personas autistas pueden expresar sus emociones de manera diferente a la neurotípica, lo que puede dificultar que los demás comprendan sus necesidades emocionales. Esto puede llevar a que las personas autistas se sientan incomprendidas, lo que aumenta el riesgo de aislamiento y depresión.

Cómo prevenir e intervenir si eres cuidador, familiar, amigo o conviviente de una persona autista con factores de riesgo suicida

Prevención:

Educación y concienciación: Aprende sobre el autismo y el riesgo de suicidio en esta población. Cuanto más comprendas, mejor podrás ayudar.

Fomenta la comunicación abierta: Crea un ambiente en el que la persona autista se sienta cómoda expresando sus emociones y pensamientos, incluso si son difíciles.

Identifica factores de riesgo: Estén atentos a los factores de riesgo, como cambios en el estado de ánimo, el comportamiento o comentarios suicidas.

Ofrece apoyo emocional: Escucha con empatía y muestra comprensión. El simple acto de escuchar puede ser terapéutico.

Fomenta la socialización: Ayuda a la persona autista a conectarse con otros que compartan sus intereses y pasiones. Las amistades y el apoyo social son cruciales.

Acceso a tratamiento: Asegúrate de que tengan acceso a servicios de salud mental y terapia adaptados a sus necesidades.

Intervención:

Comunicación abierta y directa: Si tienes preocupaciones sobre el riesgo suicida, habla con la persona de manera abierta y directa. Pregunta cómo se siente y si ha tenido pensamientos suicidas.

No minimices sus sentimientos: Evita minimizar sus emociones o decir frases como “esto también pasará”. Escucha sin juzgar.

Apoyo profesional: Ayuda a la persona a buscar atención profesional de inmediato si expresan pensamientos suicidas. Esto puede incluir un terapeuta, psiquiatra o consejero.

Elimina los medios letales: Si es posible, elimina o asegura los medios letales, como armas de fuego o medicamentos peligrosos.

Contacta a profesionales de salud mental: Si estás preocupado por la seguridad de la persona, comunícate con un profesional de salud mental o un servicio de prevención del suicidio para obtener orientación.

No prometas mantenerlo en secreto: Si alguien te confía sus pensamientos suicidas, no prometas mantenerlo en secreto. Busca ayuda y apoyo de otros.

Permanece presente: Asegúrate de que la persona no esté sola si hay un riesgo inmediato de suicidio. Permanece a su lado o busca ayuda de emergencia.

Apoyo continuo: Una vez que se haya intervenido, asegúrate de que la persona reciba un apoyo constante y siga el tratamiento recomendado.


El suicidio en la población autista es un problema de salud pública que merece una atención cuidadosa y un enfoque multidisciplinario. Los factores de riesgo que ya hemos mencionado, y los factores de alerta, como cambios en el estado de ánimo y el comportamiento, son cruciales para identificar el riesgo suicida a tiempo.

La prevención del suicidio en personas con autismo implica la identificación y el tratamiento de los factores de riesgo, la educación y sensibilización sobre el suicidio, y la promoción del apoyo social. La intervención, que puede incluir atención psicológica, medicamentos y, en casos extremos, hospitalización, es esencial para garantizar la seguridad y el bienestar de quienes enfrentan pensamientos suicidas.

Es imperativo que las personas con autismo, sus familias, profesionales de la salud y la sociedad en general se unan en la lucha contra el suicidio en esta población. A través de una mayor comprensión, apoyo y acción, podemos trabajar juntos para prevenir el suicidio en personas con autismo y mejorar su calidad de vida.

Qué hacer si eres una persona autista que está pensando en recurrir al suicidio

Es fundamental buscar ayuda y apoyo si eres una persona autista que experimenta pensamientos suicidas, ideación suicida o planeación suicida. Aquí hay una guía de acciones que puedes tomar en cada una de estas situaciones:

  1. Pensamientos suicidas:

Si estás teniendo pensamientos suicidas, es importante actuar de inmediato para tu propia seguridad. Aquí hay pasos que puedes seguir:

  • Busca apoyo emocional: Habla con alguien en quien confíes sobre lo que estás sintiendo. Esto podría ser un familiar, un amigo cercano o un profesional de la salud.
  • Comunica tus pensamientos: No ocultes tus pensamientos suicidas. Hablar abierta y honestamente sobre lo que estás experimentando es el primer paso hacia la ayuda.
  • Busca ayuda profesional: Contacta a un terapeuta, psicólogo, psiquiatra o un servicio de prevención del suicidio. Estos profesionales están capacitados para brindar apoyo y orientación.
  • No te quedes solo: Evita estar solo si es posible. Permanece en compañía de alguien de confianza hasta que puedas obtener ayuda profesional.
  1. Ideación suicida:

La ideación suicida implica la presencia de pensamientos persistentes sobre el suicidio, aunque aún no se haya planeado nada concreto. Aquí están los pasos a seguir:

  • Busca apoyo emocional: Habla con alguien cercano sobre lo que estás sintiendo. Compartir tus pensamientos puede aliviar parte de la carga emocional.
  • Comunica tus pensamientos: Sé honesto acerca de tus pensamientos suicidas con alguien en quien confíes. Esto te ayudará a recibir apoyo y comprensión.
  • Busca ayuda profesional: Ponte en contacto con un profesional de salud mental, como un terapeuta o psicólogo, para discutir tus pensamientos y emociones.
  • Explora estrategias de afrontamiento: Trabaja con un terapeuta para desarrollar estrategias de afrontamiento para lidiar con la ideación suicida. Esto podría incluir técnicas de relajación, terapia cognitivo-conductual u otras formas de tratamiento.
  1. Planeación suicida:

Si has avanzado hasta la etapa de planear un acto suicida, la urgencia de obtener ayuda es aún mayor. Aquí están los pasos a seguir:

  • No tomes medidas: Evita llevar a cabo cualquier plan o acción relacionada con el suicidio. Detente y busca apoyo.
  • Comunica inmediatamente: Ponte en contacto con alguien de confianza o con un profesional de salud mental y comunica tu situación. Explica tus pensamientos y planes de manera clara y honesta.
  • Llama a una línea de prevención del suicidio: En muchos países, existen líneas telefónicas de prevención del suicidio disponibles las 24 horas del día. Llama a una de estas líneas para obtener ayuda inmediata.
  • Ve a una sala de emergencias: Si no puedes comunicarte con alguien de confianza o no tienes acceso a un profesional de salud mental, dirígete a la sala de emergencias de un hospital. Allí recibirás atención y apoyo inmediato.

Recuerda que buscar ayuda es un acto de valentía y autocuidado. No estás solo en esto, y hay profesionales y personas dispuestas a apoyarte en tu camino hacia la recuperación y la salud mental.