La sociedad moderna espera que nos definamos en base al recurso que podamos aportarle en términos de bienes y servicios: nuestra profesión.     Pero nosotros consideramos saludable mantener el hábito de definirnos en una forma mucho más completa.

Durante años, nos hemos esforzado en crecer como personas, siendo fieles a los conceptos de salud y desarrollo personal que practicaban los griegos antiguos, que cultivaban los distintos aspectos de la vida, tales como la inteligencia, mediante la filosofía y la profundización profesional y científica; la realización personal, a través del aprendizaje de habilidades artísticas; y la búsqueda del bienestar corporal, que se manifiesta en hábitos saludables de ejercicio físico y nutrición.    Sin embargo, consideramos que la disciplina y el exceso no son más que dos caras de la misma moneda. Así, entendemos la necesidad natural de balancear la búsqueda de la virtud con una buena disposición al esparcimiento a través de los videojuegos, el netflixing, la junta con los amigos, la conversación distendida, etcétera.    Esta mezcla de entrenamiento profesional y exploración de distintos campos es lo que nos hace únicos en nuestra área; nos permite tomar ideas y herramientas nacidas en diferentes disciplinas y áreas del desarrollo humano y aplicarlas a la labor psicológica y filosófica.

Interludio es la materialización de nuestro deseo de contribuir a una sociedad más sana y plena; una consecuencia natural del camino que hemos elegido seguir y que ahora buscamos compartir, enfocándonos no solo en la disminución de un síntoma, sino en el bienestar y el desarrollo completo de la persona, a diferencia de otros centros psicológicos.

Y, obviamente, tenemos títulos de psicólogos habiendo desarrollado nuestras carreras universitarias con excelencia.

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