Recuperarse de la catátrofe

En pleno verano, con las temperaturas más altas en décadas persistiendo durante semanas, Chile enfrenta una catástrofe que conocíamos en menor medida y para la cual no estábamos preparados ni acostumbrados: los incendios forestales descontrolados con múltiples focos a lo largo del país.

Aunque estamos acostumbrados a terremotos y tsunamis, ahora se suma un nuevo horror a nuestro repertorio nacional de posibilidades, generando la necesidad de ayuda y empatía característica de la mayoría de nosotros. El primer resguardo siempre será físico, con la valiosa asistencia de bomberos, paramédicos y médicos. Pero una vez a salvo, surge la preocupación emocional y la necesidad de sobrellevar la situación de la mejor manera posible. Es aquí donde la labor de los psicólogos se vuelve crucial, junto con la importancia de contar con personas informadas que puedan apoyar y guiar en estos difíciles momentos, como se detalla en este artículo.

Reacciones naturales

Después del desastre, las personas afectadas pueden experimentar una serie de reacciones naturales. Al igual que ante la pérdida de seres queridos, es crucial comprender que no todos reaccionarán de la misma manera. Cada individuo tiene una manera única de comportarse y enfrentar la tragedia. Lo mejor en este momento es entender y respetar su conducta sin tratar de imponer una reacción que consideremos mejor.

Las reacciones más comunes incluyen:

  1. Dificultad para razonar y conductas erráticas: Aparición rápida y repetida de imágenes vívidas de la catástrofe, afectando el flujo de pensamientos. Alteraciones en los ciclos de sueño y alimentación pueden ocurrir, requiriendo paciencia y apoyo en tareas básicas.
  2. Ultra sensibilidad a eventos del ambiente: Elementos como el sonido de sirenas, el olor a humo o el llanto de un niño pueden desencadenar respuestas de estrés. El apoyo con tapones para dormir, audífonos y abrazos reconfortantes es esencial.
  3. Emociones intensas y/o impredecibles: La persona puede experimentar cambios rápidos de tristeza a rabia o desesperanza a esperanza. Brindar apoyo incondicional es clave, comprendiendo que estamos en un momento de crisis.
  4. Dificultad en las relaciones interpersonales: El enfoque en la supervivencia puede generar roces sociales. Es importante no interpretar estas acciones como ofensas personales y practicar la empatía para manejar conflictos.
  5. Reacciones físicas relacionadas al estrés: Vómitos, nauseas, jaquecas, dolor en el pecho y sudoración constante son posibles. Se recomienda la revisión por personal especializado, considerando que algunas condiciones médicas pueden agravarse durante la crisis.

La Esperanza

Afortunadamente, la investigación demuestra que la mayoría de las personas poseemos la resiliencia necesaria para superar gradualmente el horror de una catástrofe con el tiempo. Ejemplos abundan en nuestra historia y país. Algunas acciones que pueden ayudar en el proceso de curación incluyen hablar de experiencias con personas de confianza, expresar emociones a través de la pintura o el dibujo, y participar en conversaciones grupales con aquellos que han vivido situaciones similares.

Cuándo consultar con el psicólogo

El apoyo psicológico, tanto preventivo como curativo, es beneficioso en cualquier momento de la vida. Si, después de recuperar las actividades cotidianas, las emociones dificultan el retorno a la normalidad, la visita al psicólogo es no solo recomendable, sino totalmente necesaria.

Consejos para estas situaciones extremadamente desafiantes

Estos consejos pueden ayudarte a abordar el aspecto psicológico de manera práctica y adaptativa en situaciones extremadamente desafiantes. Recuerda que la recuperación lleva tiempo, y está bien buscar apoyo cuando lo necesitas.

1. Acepta tus emociones:

Reconoce y acepta las emociones que estás experimentando, ya sea tristeza, miedo, enojo o desesperación. Permitirte sentir es el primer paso para afrontar la situación.

2. Establece pequeños objetivos:

Fija metas pequeñas y alcanzables diariamente. Pueden ser tan simples como encontrar una comida caliente o descansar durante unos minutos. Estos logros proporcionarán una sensación de control.

3. Cuida tu salud física:

Aunque las condiciones sean difíciles, trata de cuidar tu salud física. Come alimentos nutritivos cuando sea posible, mantén la hidratación y haz actividad física leve, como caminar, para liberar tensiones.

4. Respira profundo:

Practica la respiración profunda para reducir el estrés y la ansiedad. Respirar lenta y profundamente puede ayudar a calmarte en momentos de tensión.

5. Encuentra momentos de paz:

Busca momentos y lugares tranquilos para encontrar paz y tranquilidad. Aunque la situación sea caótica, encontrar espacios para descansar mentalmente es esencial.

6. Construye una rutina flexible:

Aunque no puedas tener una rutina fija, intenta establecer una rutina flexible. La estructura proporciona un sentido de normalidad y puede ayudarte a enfrentar el caos.

7. Conéctate con otros:

Busca la compañía de personas de confianza siempre que sea posible. El apoyo social, incluso en pequeñas interacciones, puede tener un impacto positivo en tu bienestar emocional.

8. Expresa tus sentimientos:

Encuentra maneras de expresar tus sentimientos, ya sea a través del arte, la escritura o simplemente hablando con alguien de confianza. La expresión emocional es crucial para el proceso de curación.

9. Focalizate en el presente:

Concentra tu atención en el presente en lugar de preocuparte por el pasado o el futuro. En situaciones de crisis, centrarse en el momento actual puede ser más manejable.

10. Busca ayuda profesional:

Si es posible, busca la ayuda de profesionales de la salud mental que puedan ofrecer orientación y apoyo. Algunos profesionales pueden brindar servicios de manera remota.

11. Establece metas a largo plazo:

Aunque la situación actual sea difícil, piensa en metas a largo plazo que te motiven. Pueden ser relacionadas con la recuperación personal, la reconstrucción o el establecimiento de nuevas metas para el futuro.

12. Sé amable contigo mismo:

Recuerda ser amable contigo mismo. En momentos de crisis, es esencial ser compasivo contigo mismo y reconocer que estás haciendo lo mejor que puedes dadas las circunstancias.

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